OTROS CLIENTES FAMOSOS






Un establecimiento hotelero de la importancia de La Perla, con sus puertas abiertas al público desde 1881, ha hecho que este espacio haya sido elegido por personajes de toda índole. Son muchos los miles de clientes que desde el siglo XIX hasta la actualidad han pasado por las dependencias del hotel. No cabe duda que unos han pasado más desapercibidos que otros, en función siempre de su proyección pública, y a algunos de ellos hemos dedicado un capítulo especial, como es el caso de Pablo Sarasate, de Ernest Hemingway, de la familia real, o del mundo de la tauromaquia y de la política. Pero en tantos años de rodaje lógicamente la gama de personalidades ha sido amplia; de muchos de ellos ha quedado constancia documental, o el testimonio de quienes conservan el recuerdo en su memoria; de otros, sin embargo, no queda el menor rastro, pues el archivo del hotel es limitado, y sus primeros cincuenta años de andadura se nos muestran especialmente difusos. En cualquier caso la memoria de la gente mayor, las hemerotecas, y los libros de registro de viajeros, nos permiten hoy, aún sabiendo que habrá aquí omisiones importantes, dejar en estas páginas el testimonio del paso por La Perla de algunos clientes que desde la visión y desde la perspectiva del tiempo que nos permite el siglo XXI, podemos considerar famosos o importantes.


Julián Gayarre y el mundo de la música

Dentro del mundo de la música, además del ya mencionado violinista Pablo Sarasate, el hotel ha contado con otros clientes de renombre que han llegado a hacer de este establecimiento su casa. De entre todos ellos brilla con luz propia el tenor Julián Gayarre, que ya en 1876 se había consagrado en la Scala de Milán como el mejor tenor del mundo. Antes de su fallecimiento en 1890 este tenor navarro estuvo presente en el hotel al menos en dos ocasiones tal y como lo reflejan los medios de comunicación de la época, concretamente en agosto de 1884 y en julio de 1886. En la primera de las estancias, que corresponde con el 2 de agosto de 1884, Gayarre estuvo tan sólo unas horas en Pamplona, y ese tiempo lo pasó en La Perla, en donde entre tren y tren, el tenor aprovechó para almorzar y descansar. Esta breve estancia no hubiese tenido nada de particular sino hubiese sido porque algunos periódicos franceses interpretaron de ella una supuesta boda entre Julián Gayarre y la hija del alcalde de Roncal, rumor que resultó ser falso, pero que durante todo el mes de agosto de ese año dio mucho que hablar.
Sin salirse del siglo XIX conocemos en 1883 la presencia, el 3 de septiembre, del reconocido pianista Rafael Cebreros, muy destacada en los medios de comunicación, y muy esperada su actuación por el público pamplonés. Unos meses después, el 20 de noviembre de ese mismo año, la prensa local se hace eco de la presencia en la Fonda La Perla de “la famosa cantante, de fama internacional, Madlle. Valfort”.
En las fiestas de San Fermín de 1916 se alojaban en La Perla los responsables de la Banda Municipal de Madrid (los músicos se alojaron en el Seminario de Pamplona), incluidos algunos concejales del Ayuntamiento de Madrid. Esta banda de música ofreció ese año tres conciertos en la Plaza de Toros durante las fiestas.
En 1918, invitado por el Ayuntamiento de Pamplona, se aloja en el hotel el afamado compositor y organista Jesús Guridi.
Enrique Fernández Rabos, director de la Orquesta Sinfónica de Madrid, nos visitaba en las fiestas de 1919, en donde ofreció tres conciertos matinales en el Teatro Gayarre los días 8, 9 y 10 de julio.
El 29 de septiembre de 1932 se alojaba en la habitación nº 65 la popular cupletista Raquel Meller, admirada a nivel internacional, que era la que cantaba la versión original de “La Violetera”.
La apertura en Pamplona del Conservatorio de Música “Pablo Sarasate” hace que durante los años cincuenta y sesenta sea una asidua habitual del hotel la popular pianista Pilar Bayona, de Zaragoza, que impartió clases en este centro de formación musical, e incluso dio algunos conciertos en Pamplona, como el que dio el 4 de septiembre de 1957 con motivo de la inauguración en el Museo de Navarra del Cursillo de Verano de Música; o la del afamado pianista polaco Stanislao Niedzielski, que visitó las habitaciones de La Perla el 27 de octubre de 1949.
El director de cine Domingo Viladomat rodó en el año 1958 la película Gayarre, que recogía en celuloide por segunda vez la vida artística del tenor roncalés Julián Gayarre. La banda sonora de la película correspondió a Salvador Ruiz de Luna, compositor y autor de decenas de bandas sonoras de películas españolas, a quien desde el año 1952 vimos alojarse varias veces en el Hotel La Perla. No fue este el único compositor musical que se ha alojado en el hotel; allí está el caso del navarro Federico Moreno Torroba, quien se alojó en este establecimiento hotelero pamplonés en repetidas ocasiones.
Años más tarde de aquella película sobre Gayarre, en octubre de 1985, el director de cine José María Forqué rodaba en Pamplona varias secuencias de su nueva película Romanza final, dedicada también al tenor Julián Gayarre. El rodaje de esta película permitió ver en los salones del hotel a personajes como José Carreras, tenor que encarnaba a Gayarre, o a la actriz Sydney Rome, entre otros muchos. A José Carreras se le llegó a ver en el hall del hotel entonar alguna romanza, igual que años atrás hiciese Marcos Redondo.
Pero por La Perla ha acogido también a un extenso muestrario de cantantes de todo tipo. Las entrevistas realizadas a antiguos trabajadores del hotel nos permiten conocer historias y anécdotas de personajes como Lola Flores (acompañada en muchas ocasiones por Manolo Caracol), Antonio Machín, Carlos Megía Godoy y los de Palacagüina, o los miembros del Dúo Dinámico, por poner algunos ejemplos significativos. La propia Lola Flores hace unos años no tenía reparo en contar en un programa de televisión alguna anécdota amorosa que le tocó vivir en el Hotel La Perla, en Pamplona, con cierto jugador de fútbol. Todavía algunas antiguas empleadas y empleados del hotel recuerdan a la Faraona sentada durante horas, haciendo punto, acompañando a Manolo Caracol en uno de los comedores mientras este dejaba pasar la noche jugando a cartas; en otras ocasiones exteriorizaba su genio y se retiraba a dormir maldiciendo la afición que Caracol tenía por el juego.
Tampoco hay que olvidar que en el restaurante del hotel se han celebrado banquetes de bodas, y también otro tipo de celebraciones, que ocasionalmente han requerido la presencia de algún grupo musical; antes del cierre del hotel en 2005 para su reforma el último grupo que pasó por aquél comedor fueron Los Condes.


El teatro y el cine

Los clientes vinculados con el teatro y la farándula han sido una constante en la vida del hotel desde el siglo XIX hasta la actualidad. Podemos decir sin miedo a equivocarnos que durante los primeros setenta años de vida de La Perla se han alojado en este establecimiento la casi totalidad de actores y actrices que actuaron en los diferentes teatros de Pamplona. En años posteriores el porcentaje de actores se redujo notablemente a causa de la fuerte competencia hotelera, pero a pesar de ello durante la segunda mitad del siglo XX se siguieron viendo en las dependencias del hotel caras muy conocidas.
A principios del pasado siglo brilló con luz propia la popular actriz María Guerrero; acudió a Pamplona, concretamente al Hotel La Perla y al Teatro Gayarre, a lo largo de todo el primer cuarto de siglo (desde 1905 hasta 1923). Se despidió de Pamplona tras actuar durante la primera semana de mayo de 1923, compartiendo en esa ocasión cartel con Fernando Díaz de Mendoza, alojado también en este establecimiento hotelero.
Llegados los años treinta otra de las grandes figuras del teatro español se aloja en La Perla en varias ocasiones; se trata de la popular actriz Carmen Díaz, que venía al Teatro Gayarre con su propia compañía teatral. En las fiestas de 1933, por ejemplo, estuvo acompañada en el hotel de los conocidos actores Demetrio Alfonso Carrillo y de Vicente Soler.
En esa misma época (29 de septiembre de 1933) vemos en el hotel a la cantante, cupletista, y actriz, Raquel Meller (1888 – 1962), de la que siempre se dijo que había sido la artista española con más éxito internacional durante todo el siglo XX.
El 8 de junio de 1934 quien ocupa una habitación en el hotel es la artista alemana Margarita Stein, que en los años siguientes alcanzaría gran notoriedad.
El testimonio de algunos trabajadores del hotel que desempeñaron su trabajo entre los años 1948 y 1955 nos dice que en ese espacio de tiempo, y al menos en dos ocasiones, se alojó en el hotel el conocido actor Charles Chaplin, más conocido como “Charlot”, que venía acompañado de su mujer Ona. Incluso no falta quien dice que no era la primera vez que Charlot se alojaba en La Perla, que también lo había hecho en los sanfermines de principios de los años treinta, pero no ha quedado constancia de este extremo.
A Pepita Serrador (madre de Chicho Ibáñez Serrador) le sucedió que en una ocasión se trajo un perro de compañía; en la recepción del hotel le dijeron que no podía subir el perro a la habitación, que esa era la norma; ella, contrariada, argumentó que su perro era muy educado; y mientras recepcionista y actriz debatían sobre el asunto, el perro, ajeno a lo que se hablaba, levantó su pata y orinó en la mismísima recepción.
En tiempos más recientes las habitaciones del hotel han alojado a personajes como Ismael Merlo (1918 – 1984), José Bodalo (1916 – 1985), Paco Martínez Soria (un incondicional de este establecimiento que en su momento quiso hacerse socio-propietario del hotel), José Sazatornil, Rafaela Aparicio, Lola Herrera, Pepe Sancho, Juan Echanove, por citar a algunos de los más relevantes y conocidos por el gran público.
Del mundo de la celuloide destaca especialmente la presencia en varias ocasiones, durante los años sesenta del pasado siglo, del actor y director de cine Orson Welles, que en el año 1965 hizo la película “Campanadas a media noche”, utilizando él el Hotel La Perla como cuartel general; esta película, rodada en localidades navarras como Lesaka y Lekunberri, se tuvo que filmar a trompicones con fondos que se fueron consiguiendo sobre la marcha. Se dijo entonces que Wells consiguió acabar el rodaje de esta película tras convencer a varios financieros rusos para que invirtieran en ella. Ahorró también un poco al irse la última vez del hotel sin abonar la última factura. Orson Welles había estado también en el hotel con anterioridad, a principios de los cincuenta, en donde alguna empleada le recuerda por su risa (“se reía igual que lo hacía en las películas”, recordaba la empleada Mª Jesús Sánchez) y por el hecho de que en las comidas siempre bebía cerveza, y además en grandes cantidades.
Antes que Orson Welles, pero mucho menos conocido que este, estuvo en La Perla el director de cine y de documentales José Luis Sáenz de Heredia (sobrino del General Primo de Rivera y, en consecuencia, primo del fundador de la Falange), director de la Escuela Oficial de Cine, que dirigió películas tan famosas en su momento como “Raza” o como el documental “Franco, ese hombre”. Sáenz de Heredia estuvo alojado en el hotel, en la habitación 65, el 23 de abril de 1949.
Sin olvidarnos tampoco del director de cine Raúl Alfonso Baix, o del productor Ramón Miralles, alojados ambos el 7 de marzo de 1952.
Otro personaje del que no hay constancia de que hubiese dormido en el hotel, pero sí de que estuvo en sus comedores, fue la actriz Ava Gardner, y también de los actores Errol Flynn y Tyrone Power, que estuvieron en Pamplona rodando “Fiesta” (1957), un film basado en la novela de Ernest Hemingway, que fue dirigido Henry King.
Tampoco podemos olvidar a la compañía cómica de teatro La Cubana, que durante varios años seguidos hicieron de La Perla su “cuartel general”, llegando incluso en una ocasión a ofrecer una rueda de prensa acostados en las camas de la habitación 217 (actual 201).
Otro director de cine asiduo de los salones del hotel ha sido Montxo Armendáriz, que supo fraguar entre las paredes de este establecimiento éxitos como los que cosecharon películas suyas, tal es el caso de “Secretos del corazón” y de “Obaba”.
Pero en el mundo del cine no todo son actores y directores, también están los productores, y entre todos ellos ha habido uno que durante años ha sido un incondicional del Hotel La Perla, acudiendo a él puntualmente cada edición sanferminera durante toda la década de los años sesenta del siglo XX. Hablamos de Darryl Francis Zanuck, productor cinematográfico, y cofundador y director de la Fox (Twentieth Century Fox), desde cuyo cargo impulsó la película “El día más largo” (“The Longest Day”) sobre el desembarco de Normandía.


Sacerdotes, obispos, y… un santo

Existía antaño una vieja costumbre en los hoteles que era la de hacer siempre un precio especial a los sacerdotes y a los militares. Esto propiciaba la presencia de no pocos clérigos, que en la mayoría de los casos eran sacerdotes escasamente reconocidos, y a los que luego el tiempo, o las circunstancias, les han hecho alcanzar una cierta cota de popularidad.
Nadie sospechaba en 1951 que aquél joven sacerdote de treinta años llamado José Guerra Campos iba a llegar a ser un día un carismático obispo de la Iglesia Católica española. Algo similar sucedía con Vicente Enrique Tarancón. Ambos han sido obispos, ambos han representado con su labor pastoral a sectores sensiblemente diferentes de la Iglesia, pero sin embargo ninguno de ellos llegó a tener los problemas que tuvo durante muchos años otro asiduo de La Perla, el obispo francés Marcel Lefebvre (1905 – 1991), clérigo integrista suspendido “a divinis” en 1976 por no aceptar las directrices del Concilio Vaticano II, y excomulgado en 1988 por ordenar sacerdotes y consagrar obispos sin licencia papal, que acostumbraba a venir al hotel acompañado de un nutrido grupo de seminaristas.
Por el hotel paso también un joven sacerdote vasco llamado José Mª Cirarda Lachiondo, que lo último que sospechaba es que unas décadas después iba a ser obispo de las diócesis de Pamplona y de Tudela.

Pero si estos obispos han llegado a alcanzar, como tales, importantes cotas de popularidad, hay otro religioso que visitó el Hotel La Perla durante las difíciles décadas de los treinta y de los cuarenta, y que ha llegado mucho más lejos que los anteriores; se llamaba José María Escrivá de Balaguer (1902-1975), y que fue fundador, dentro de la Iglesia Católica, de la prelatura personal del Opus Dei. El 6 de octubre de 2002 el Papa Juan Pablo II procedía en Roma a su canonización.
San Josemaría Escrivá de Balaguer al estallar la guerra de 1936-1939 tuvo que salir de España, y lo hizo por Navarra. Pernoctó en La Perla, y al día siguiente se entrevistó con el Obispo de Pamplona quien tuvo el detalle de recogerle al futuro santo su sotana y sus pertenencias religiosas, y cambiársela por ropas normales que le permitiesen camuflar su condición de religioso. Cuando, ya finalizada la guerra, San Josemaría regresó de nuevo a España –alojándose en La Perla una vez más-, se encontró con la sorpresa de que el Obispo de Pamplona todavía le guardaba aquellas pertenencias que un día le recogió.


La banca y el mundo de las finanzas


Escritores, pintores y escultores

Un día indeterminado del año 1901 llegaba hasta la puerta del hotel el carromato de la Central; de él se bajaba un muchacho, madrileño y huérfano para más detalles, que en breves instantes pasó a convertirse en cliente del hotel. Era Raimundo García “Garcilaso” (Madrid, 1884 – Pamplona, 1962), y a lo que venía era a trabajar como redactor en “El Eco de Navarra” con la idea de regresar cuanto antes a Madrid. En 1911 se incorporó a la plantilla de “Diario de Navarra” del que posteriormente fue su director durante varias décadas. “Garcilaso”, a través de su pluma y de su oficio de periodista, quedó conceptuado dentro de su época como una de las personas que más ha influido en la vida pública navarra del siglo XX.
Durante la II República Española, concretamente el 6 de diciembre de 1932, se aloja en el hotel el afamado escritor de la Generación del 98, e ideólogo español, Ramiro de Maeztu (Vitoria, 1875 – Aravaca, 1936), quien fuera director de la revista “Acción Española”.
Unos meses más tarde, el 31 de marzo de 1933, era el afamado medievalista y escritor anglófono James Campbell quien pasaba dos días en el hotel.
Otro escritor, insuficientemente reconocido, pero que desarrolló una labor extraordinaria como escritor, como historiador de la literatura y como conferenciante, fue Luis Morales Oliver, que estuvo en La Perla el 9 de febrero de 1948 cuando acudió a dar una conferencia en Pamplona invitado por la Institución Príncipe de Viana, y que volvió a alojarse en el hotel el 1 de marzo de 1952 (habitación 205) en calidad de director de la Biblioteca Nacional.

Entre los pintores destaca la presencia de Salaberría, autor de un conocido cuadro en el que se representa a San Francisco Javier, mandado hacer por la Diputación Foral de Navarra para conmemorar el tricentenario de su canonización, en 1922. Salaberría fue invitado al Hotel La Perla en septiembre de ese año por parte de la Junta del Centenario de San Francisco Javier.
Se recuerda también la presencia del pintor catalán Francisco Domingo Segura (1894 – 1974), alojado en la habitación nº 13 del hotel el 21 de agosto de 1949.
El zaragozano León Astruc, tan conocido en toda la geografía española por su faceta de cartelista y de retratista, tuvo una importante presencia en el hotel en el año 1958, quedando desde entonces como recuerdo de su estancia un retrato de Catalina Arocena (esposa del propietario Rafael Moreno Erro), que desde entonces decoró el salón del primer piso.

El prestigioso escultor valenciano Mariano Benlliure fue el encargado, tras la muerte de Gayarre, de elaborar un artístico mausoleo de mármol y bronce para cubrir en el cementerio de Roncal la sepultura. Esto dio pie a que en el año 1901 La Perla acogiese en sus habitaciones al afamado Benlliure, quien repitió estancia en varias ocasiones en fechas posteriores pues el mausoleo requería una atención periódica a causa de las duras inclemencias meteorológicas a las que estaba sometido.
Otro escultor, mucho más conocido en Francia que en España, fue el galo Pierre Honoré, que estuvo viniendo al hotel durante las primeras quincenas de septiembre de 1949, 1950, y 1951.
Mención especial merece también el escultor aragonés José Bueno Gimeno (Zaragoza,1884 – Madrid,1957), que estuvo en el hotel los días 11, 12, 13, 14 y 15 de agosto de 1932, en la habitación número 33. José Bueno es el autor de numerosos monumentos existentes en Zaragoza.


Deportistas

Es muy difícil tratar de hacer una relación, ni tan siquiera aproximada, de todos los deportistas que han pasado por el Hotel La Perla. Hablamos de la presencia de equipos de fútbol de Primera División durante varios años, tantos como los que Osasuna ha estado en Primera División entre los años treinta y sesenta del siglo XX. Es el caso del Real Madrid, Barcelona F.C., Valencia, Atlético de Bilbao, Celta, Sevilla C.F., C.D. Granada…, y de otros muchos equipos que en los años cincuenta, principalmente, convirtieron este hotel pamplonés en su sede y en su punto de descanso. Son muchas las personas que todavía recuerdan ver en el hotel a personajes míticos como Santiago Bernabeu, o como Di Stéfano. Se recuerda, incluso, la presencia en el hotel en mayo de 1958, de un equipo británico, como es el caso del Liverpool.
En el mundo de la pelota vasca atrás queda la presencia del pelotari Martín Gamboa, el 21 de junio de 1941.


Nobles

Sería interminable tratar de plasmar aquí una relación completa de todos los títulos nobiliarios que han pasado por el Hotel La Perla, pero aun sabiendo y lamentando que van a ser mayoría los no citados, no podemos dejar de mencionar a aquellos de los que ha quedado una constancia clara de su presencia a través de los diferentes documentos conservados. Así pues, sabemos de los siguientes:
BARONES: Barón de Beorlegui (1918, 1921), Baronesa de Beorlegui (1989, 1990) Barón de Casadavalillos (1927), Barón de la Guardia Real (1938), Barón de Oña (1918), Barón de París (1884).
CONDES: Conde de Barcelona (1936), Conde de Casa Real (1922), Conde de Castejón (1932), Conde de Coello (1908), Conde de Espoz y Mina (1929), Conde de Ezpeleta (1884), Conde de Foxa (1938), Conde de Plasencia (1942), Conde de la Unión (1962, 1963, 1964, 1965, 1966, 1967, 1968), Conde del Vado (1918).
VIZCONDES: Vizconde y Vizcondesa de Val de Erro (1926).
DUQUES: Duque del Infantado (1938), Duquesa de la Victoria (1922), Duque de Villahermosa (1941).
MARQUESES: Marqués de los Álamos (1936), Marqués de Araciel y Duque de Rouen, Marquesa de la Bastida (1941), Marqués de Benamejí (1931, 1932), Marqués de la Cadena (1941), Marquesa de Campo Real (1933), Marqués de Casa la Iglesia (1913), Marqués de Ciria (1941), Marqués de Echandía (1933), Marqués de Foronda (1942), Marqués de Las Navas (1921), Marqués de Lozoya, Marqués de Montesa (1941), Marquesa de Nájera (1908), Marquesa de Narros (1942), Marqués de la Palma (1942), Marqués del Prado Alegre (1921), Marqués del Rif (1929), Marqués de Rivas (1931), Marquesa de Valde-Espino (1942), Marqués de Valdecarzana (1941), Marquesa de Valero de Palma (1922), Marqués de Villagodio (1943).


Militares

Aquella Pamplona de finales del XIX en la que La Perla abrió sus puertas era una ciudad en la que abundaban los uniformes, los desfiles, y también las paradas militares. La Perla, como principal establecimiento hotelero, no se quedaba al margen de aquella importante presencia militar, y en sus aposentos y en sus comedores era frecuente ver a autoridades militares de diverso rango.
La oficialidad del Regimiento de América, que partía al día siguiente de esta capital, acude el 2 de diciembre de 1883 a la fonda para despedirse de los señores brigadieres, que con el nuevo cambio de sus destinos se disponían a marchar “a la Corte”.
Con motivo de celebrarse los “Días del Sr. Gobernador Civil” de la provincia, el 20 de marzo de 1884 obsequió este con una comida en el comedor de la fonda a sus amigos y máximas autoridades. Entre los asistentes figuraban varios mandos militares: el coronel del Regimiento de Numancia Sr. Rubalcava, el teniente coronel de Estado Mayor Sr. Moraleda, el capitán del mismo cuerpo Sr. Rul, y el teniente coronel de la Guardia Civil Sr. Sos.
A las once de la mañana del 18 de junio de 1884 llega a Pamplona, acompañado de sus dos ayudantes, el señor Comandante en Jefe del Ejército del Norte don Arsenio Martínez Campos. Durante su almuerzo en la Fonda La Perla recibió la visita de los generales y jefes que tenían su residencia en esta plaza militar. Igualmente pasaron por la fonda las autoridades civiles para ofrecerle sus respetos. A partir de esta fecha las visitas de Martínez Campos a Pamplona tienen en La Perla su “cuartel general”.
El 10 de febrero de 1923 se celebra en los comedores del hotel un banquete, ofrecido por el Regimiento de Almansa en honor del señor Troncoso. Al siguiente año, el 22 de mayo de 1924, eran los somatenes los que homenajeaban en La Perla al general Moreno Álvarez. Si hasta 1930 vemos en el restaurante del hotel numerosos banquetes servidos al Regimiento Almansa, a partir de 1928 es el Regimiento Constitución el asiduo a los placeres gastronómicos del hotel; y a partir de 1930 vemos de nuevo al Regimiento América.
El 12 de julio de 1929 se aloja en el hotel, invitado por el Ayuntamiento de Pamplona, el general Sanjurjo (José Sanjurjo y Sacanell), que al día siguiente participaría en los actos de inauguración de un monumento en su honor, levantado en la calle Ciudadela. Los gastos de su estancia ascendieron a 322’15 pesetas. Los días 14, 15 y 16 de septiembre, acompañado de su ayudante, volvía a alojarse en La Perla.
En tiempos de la guerra (1936-1939) la lista de militares que pasaron por el hotel sería interminable; en cualquier caso, entre los más relevantes, además del mencionado Sanjurjo, podríamos citar al general Fanjul y al general Godet.


Otros

Hay algunos clientes del hotel que se escapan de todos los estereotipos anteriormente reseñados. Es el caso, por ejemplo, de Ángel Galé Hualde, a quien entre otras ocasiones, veíamos comiendo en el hotel el 8 de septiembre de 1918. Galé, roncalés de Isaba, fue quien diseñó el ensanche de Pamplona, y quien con sus negociaciones consiguió en Madrid el permiso del Ejército para que se derribasen las murallas y así la capital navarra pudiese salir de su corsé amurallado. Tan sólo media docena de años antes Ángel Galé, con otros socios, había creado en San Sebastián el parque de atracciones del Monte Igueldo.
Nacido también en Isaba, en pleno Pirineo navarro, es el físico Pedro Miguel Etxenike, quien fuera en su momento Ministro de Cultura del Gobierno Vasco, así como Premio Príncipe de Viana, Premio Príncipe de Asturias, e incluso miembro de un equipo de investigadores galardonados con el Premio Nóbel. Etxenike estuvo comiendo en el restaurante del hotel en el mes de octubre de 2007, acompañado del presidente de la Sociedad de Estudios Vasco “Eusko Ikaskuntza”. Ambos habían estado esa mañana entrevistándose con el presidente del Gobierno de Navarra.
Perico Chicote, famoso por sus cócteles y por su afamado local madrileño, se alojó en el hotel cuando tenía 20 años. Llegaba a La Perla el 19 de abril de 1938; al día siguiente participaba en la inauguración del Restaurante Las Pocholas. Cocineros de renombre internacional como Juan María Arzak, o como José Andrés, también pasaron por La Perla en el año 2007.
Otro personaje entrañable para el hotel y para Pamplona fue el afamado charlatán León Salvador, presente siempre en las fiestas de San Fermín durante muchos años; un auténtico maestro de la palabra, capaz de vender lo más insospechable al cliente más difícil.
Mención especial merece también la presencia habitual en las habitaciones de La Perla de David Mouchin, responsable de Investigación Científica de Israel.
Y si de investigación científica hablamos es obligado citar al doctor Carlos Jiménez Díaz, fundador en Madrid del Instituto de Investigaciones Médicas, y académico de número de la Nacional de Medicina, que se alojó en el hotel en varias ocasiones durante la última guerra.